lunes, 26 de noviembre de 2007

Cuando, y donde el rock se convierte en arte.

Por Rubén Araiza

El compromiso escénico del creador para presionar sus límites es creíble, si y solo sí, es capaz de crear lo simbólico en lo real. De allí se desprende su ansiedad por extraer del concepto a desarrollar, los elementos necesarios para que su obra venga a proponer un reto que contagie al espectador al primer contacto y, le provoque la curiosidad e incertidumbre para adentrarse en su obra. De otra forma el artista encontrará el rechazo y el desapruebo de un trabajo por falta de sustento.

Crear no es suficiente, si se crea obra para mostrar al artista en sí, más bien se debe crear, la pasión, el amor y la angustia en sí. De otra forma Wagner está equivocado.

La disciplina debe rebasar a la habilidad, pues son unos los que nacen con el don y otros los que tiene que desarrollarlo. Buscar, documentarse y medirse es parte esencial de un artista para evolucionar y depurar su encubierto estilo. Enfrentar el cambio es lo más válido. Investigar y sustentar la obra para poder romper con lo establecido, es una tarea que conlleva a la originalidad de otra manera no hay razón de ser. Artistas hay tantos como libros sin hojearse.

El buen artista afecta nuestras emociones con la calidad de sus ideas, no con la cantidad de notas o el equipo que utiliza al servicio de éstas. También sabe que su renuencia a convertirse en artista complaciente quedará relegada ante la perspectiva de los grandes éxitos. Si el artista despierta lo que duerme en nosotros y nos crea la necesidad, nos tiene atrapados.

Algunos se han servido del progresivo para ser pop- stars, el ejemplo más vil se llama Phill Collins. Otros evolucionan a paso lento, ciclándose en sus propio eje. Solo pocos conservan su esencia, y al final triunfan. Pero esta carrera es de paciencia, perseverancia, búsqueda, ambición y fidelidad. El rock arte a diferencia del rock básico provocó al audiófilo, con una infinidad de variantes musicales nunca antes escuchadas, una vez que la sicodélia dejó de retorcer las cuerdas, y dio paso a la búsqueda de nuevas combinaciones sonoras, con una enorme complicidad de instrumentos utilizados en la música clásica, que se fusionan con los elementos básicos de un grupo de rock, buscando esquemas musicales más ambiciosos, que dan un claro avance en los marcos musicales en una forma evolutiva total. Así es como podríamos describir en primer instancia el rock progresivo.

Hablar de los primeros indicios del rock arte nos llevaría a la sicodélia o a la música electrónica primitiva, que con brotes esporádicos desde mediados de los sesenta empezaron a aparecer en un plano fuera del comercialismo, encontrando eco entre los que no están dispuestos a ser envueltos por las modas.

El rock arte está mas apegado a las nuevas músicas que al mismo rock, sirviéndose de la ópera, el folklore, el teatro, la escultura, la poesía, la pintura, los cantos gregorianos, pero donde tiene su mayor, y más elegante auge, es en la música clásica. Por su parte el rock progresivo es un híbrido de jazz, blues y música clásica.

Si aceptamos esto, como el origen del rock progresivo entonces recordarémos que se enmarcó una total innovación musical, pero no estoy de acuerdo que todos los grupos diferentes, al blues o jazz eran progresivos solo pòr utilizar teclados electrónicos. Rock progresivo es más conceptual y se apropia de un cau- dal de ideas y exploraciones de caminos ilimitados. El rock convertido en arte posee mayor alcances que el progresivo y no necesariamente debe sonar a rock, aunque en cierto momento se pueden fusionar en uno solo, es fácil confundirse. Se han adherido con el firme propósito de postrarse con multiformas, nuevos temas y representaciones, sacudiendo nuestra insensibilidad.

Los nuevos instrumentos como el sintetizador Moog, el Mellotron, novedosos dispositivos electrónicos, y gran variedad de percusiones se funden para lograr combinaciones nunca antes mostradas. El órgano Hammond participa de manera permanente, no solo en los grupos de rock progresivo, también es adoptado por los grupos de rock convencional.

La manera continua y gradual irrumpe con lo planteado hasta el momento, el uso de letras en forma de poemas, denuncia, protesta y fantasía le dan un mayor realce, ahora son complementos fundamentales para la conjugación de ambos.

De la psicodélia al progresivo solo hay un paso y este fue dado por los músicos de mediados de los años sesenta. Esa conjunción fue amoldada de manera que los traslapes de los periodos no parece notarse, debiéndose en gran parte a que muchas bandas iniciaron el cambio dentro de la misma obra musical, brincando del progresivo al rock arte. Hay tres grupos que siempre abrieron sus brazos al cambio, pero nunca se desprendieron de sus ideales; King Crimson, los italianos P.F.M. y Pink Floyd.

La sicodélia muere y no alcanza a ver sus frutos en los setenta. Pero una camada de jóvenes talentosos venía tomando cada vez más fuerza, y no estamos hablando de Woodstock, ni de los festivales de Monterey, sino de una cantera de músicos provenientes de la Europa occidental, quienes en lugar seguir los pasos de los Beatles se dedicaron a preparse por considerar que la música de los 4 fantásticos era sin trascendencia para el arte. De hecho los Beatles no ejercieron influencia en el rock, para cuando ellos intentaron hacer rock serio, ya se había iniciado el despegue. En 1717 George Fredrick Handel ofreció un extravagante viaje por el río apoyado por 50 músicos, marcando un clara separación en la música clásica: su obra Water Music. El cambio hacia una filosofía futurista iniciada en italia, y el Bauhaus teutón en la arquitectura influyó para que apenas iniciado el siglo XX Luigi Russolo propusiera la sustitución de los instrumentos tradicionales por artefactos para hacer ruido. Escribió su notación y ofreció conciertos donde lo aceptaban. Estas nuevas herramientas hicieron fracasar a los compositores clásicos e hizo que el músico revolucionario se agasajara. En 1920 el sacerdote Shoenbereg patentó las atonalidades con El serialismo de 12 notas las cuales se oponian a lo armonioso. Provocando el rechazo de los convecionalistas, no así de los aventurados. Este nuevo sonido evocaba al expresionismo en la pintura y desató la libertad artística. En 1933 el sistema nazi condenaba esta expresión por considerarla anti-arte y decadente. En 1950 Karl Stockhaussen escribe partituras para música electrónica y graba en acetato sus primeras cinco obras antes de 1960.

John Cage ya había iniciado sesiones para innovadores como Robert Rauschenberg y sus amigos desde los 50’s. Los compositores contemporáneos, ya libres de límites preestablecidos liberan su creatividad y rápidamente hacen impacto en nueva audiencia, influenciando a los compositores de las subsecuentes décadas.

Como puede el espectador determinar si la obra es auténtica y no esta siendo presa de un gambito artístico. Para empezar toda composición debe contener una estética armoniosa y debe sustentar la repetibilidad de sus señales, para que el escucha pueda ver su libre ejecución por muy amorfo que sea el sinuoso camino de tal composición. Debe contener también los origenes de ejecución para que sean propensos a equiparar su nivel creador. Una procesualidad ilimitada que fortifique el producto final libre de discrepancias y deméritos. No debe ocultar su origen y sí mostrar su aspecto innovador. Una proyección escénica compaginada con brotes de originalidad. Y una ejecucion de secuencia medible y entendible. Todo esto no debe agrandar al artista más de lo que es. En la progresión se incrementa la creación.

Afirmo que grupos como Magma, Can y Tangenine Dream por citar solo algunos no tocaban rock progresivo. Su música no tenía los elementos descritos para ser considerada como rock progresivo, y si debieron ser enmarcados en el contexto de las nuevas músicas. Este fenómeno se volvió a presentar en los años ochenta con la naciente moda de new age, pues resultó que todo era nueva era. Por Dios!.

Rock progresivo es la referencia para ubicarnos únicamente como una propuesta mu- sical diferente a lo realizado en los años sesenta y la era post-psicodélica. Es un parteaguas en el rock mismo.

Por más de tres décadas, el arte se ha manifestado en el rock a través de un abundante manantial de obras provenientes de diversas corrientes musicales, dentro de las cuales podemos demostrar que, en el rock se ha dado brillo a gran cantidad de obras musi- cales de los grandes compositores de los siglos pasados, y así mismo se han creado obras nuevas, que retomando la escuela en la que fueron instruidos, devuelven a su Alma Matter su tributo, muchas de las cuales se han constituído en verdaderas gemas musi- cales.

En el rock arte podemos encontrar fuertes manifestaciones de surrealismo; The Residents en su obra Eskimo, el esoterismo lo utiliza el grupo francés Arachnoid y el ensamble italiano de Devil Doll en Eliogabalus, las atonalidades es una area de oportunidad para el desarrollo de desquiciante imaginación de Franco Battiato, a la experimentación le dio luz Tangerine Dream en sus primeros trabajos, el hiperrealismo lo manifiesta Art Zoyd en su obra Le Mariage du Ciel et de L’enfer aparte de engrandecer la obra Nosferatu.

La parodia es el objetivo número uno del maestro Frank Zappa, pero el humor nadie lo hace mejor que el grupo holandés Supersister, la crítica a una monarquía la manifiestó Pink Floyd en la popular obra The Wall. La contracultura se encuentra en el rock en oposición con los franceses Etron Fou Lelublan, los mexicanos Deci- bel, los italianos Stormy Six y Henry Cow de Inglaterra, El neoclasisimo nos lo mostró Electric Light Orchestra en su primer album, Julverne en Le Retour du Captain Nemo y Conventum en A l’affut d’un Complot. La música del cuerpo la evidenciaron Ron Geesin y Roger Waters.

El futurísmo lo evocan los brasileños de Blezqi Zatsas en The Rise and Fall of Passional Sanit y los húngaros Solaris quienes en 1983 grabaron la con- ceptual obra Crónicas Marcianas del escritor de ciencia ficción Ray Bradbury, logrando vender mas de 38,000 copias en Hungría. Si consideramos la población de ese país equivaldría a un millón de copias si se hubiera realizado en Los Estados Unidos. A pocos meses de entrar a un nuevo milenio estos mismos músicos nos sorprenden con su descomunal obra Nostradamus: Book of the Prophecies consistiendo un fuerte debate entre los cantos gregorianos, el Moog, la flauta y angustiosos lamentos. Constituyéndose en el mejor album de 1999.

Drama y teatro fue escenificado por los ingleses Gene- sis con Peter Gabriel, los franceses Ange y Monalisa. Sus pasos los siguieron Marillion, los suizos Deyss y los italianos Asgard entre muchos. Un tributo al sagrado libro La Biblia, lo hizo Vox Dei en un proyecto de músicos argentinos y brasileños.

La elegancia del baile es expuesto por Esperanto en Last Tango, el finlandés Pekka Pohjola en Urban Tango y recientemente los franceses Sotos lo colocan en otro contexto con su epónimo album. Obras de singular belleza en la música del mediterráneo la apreciamos en Ecce Rock de Mediterrania, el flamenco lo exhibieron los españoles Medina Azahara su epónimo album, Carmen en Fandangos in Space y Triana en el Patio. Los cantos gregorianos fusionados al rock los encontramos en la obra Carmina Burana, adaptada por Ray Manzarek, el rock catalán llevado a otro plano lo dicta Companyia Electrica Dharma.

Obras de descomunal belleza, tocando los límites de lo sinfónico realizadas por Banco en Di Terra, el genial com- positor Luis Enriquez Bacalov apoya a grupos como Ossana en L’uomo, New Trolls en concerto Grosso I& II y la obra Contaminazione de Il Rovescio della Medaglia constituida en una gema de incalculable valor, pero supe- rior a esta, tenemos la joya musical que nos legara Quella Vecchia Loccanda en Il Tempo della Gioia.

El filósofo Friedrich Wilhem Nietzsche, inspira a los italianos Museo Rosenbach a escribir una de las obras más importantes de todos los tiempos, con la teoría del superhombre en Zaratustra y los suecos Tribute contribuyeron al rock arte con Terra Incógnita. Tal vez sea la obra más importante de la década de los ochenta.

El folklore se vistió con su traje de gala con obras como Barock de los alemanes Parzival, Klossa Knippnitate de los suecos Samla Mammas Manna. Las rapsodias es el fuerte de los alemanes Pell Mell y tenemos evidencia de la música prehispánica con el grupo mexicano Nuevo México en su disco Hecho en Casa. Focus retoma la música barroca y nos hechiza con las palabras Hocus Pokus.

La belleza de los valses, es estilizada por el sueco Bo Hansson, Le Orme aparta su fina voz y ejecuta una obra instrumental basada en cuerdas y charango con su disco Florian, la soprano Sally Oldfield toca todos los instrumentos en Water Bearer, Brian Eno envía un reto más fuerte aun, con su música ambiental, involucra al escucha para complementar la obra; su título: Discrete Music.

La mejor retribuida es la música clásica donde quedaron plasmadas obras como lo realizado por el grupo inglés Renaissance con Scheherezade, Deep Purple y los alemanes Eloy en Dawn se apoyaron en una orquesta, Its A Beatiful Day adopta el violín como instrumento líder, los escoceses Beggars Opera hacen arreglos para que las obras como Poeta y Campesino y Caballería Ligera no formen parte de una élite, Camel inmortaliza The Snowgoose, Los españoles Canarios y los ingleses Curved Air con el virtuoso violinista Daryl Way nos sensibilizan con las 4 estaciones del maestro Antonio Vivaldi.

El grupo norteamericano Fire Ballet lleva a otro contexto la obra Night on the Bald Mountain, esto mismo lo hizo New Trolls y ultimamente Par Lindh Project. El gran Emerson nos recrea el oído, con la obra Pictures at an Exhibition de Mussorgsky, Rick Van del Linden del grupo holandés Trace, nos refresca el espíritu de J. S. BACH en Bourré y Opus 1065. King Crimson aporta su propia música clásica en Prelude: Song of the Gulls. J.R.R.Tolkiens es tal vez, el autor más aplaudido debido a que gran cantidad de sus personajes han sido adoptados para nombres de grupos de rock progresivo y títulos de obras: Iluvatar, Asgard, Bilbo, Hobbit, Gandalf, Galadriel, Rivendell, etc.

Si desde finales de los años sesenta, se han desarrollado una incontable cantidad de obras, y en la actualidad la imaginación que se desató continúa abriendo la brecha hacia la gran veta de la imaginación, entonces porque en nuestro país sigue pensando en el rock, como un término genérico asociado a los peores adjetivos, cuando en otros países, inclusive latinos el músico de rock aparte de ser visto como músico serio, es respetado.

Nota: Uno puede o no estar de acuerdo con los conceptos aquí vertidos por Rubén Araiza. Lo que no se puede es negar la fuerza de sus convicciones, el conocimiento que tiene sobre los temas que toca y fundamentalmente, la transparencia que tiene su amor por la música. Personalmente puedo no coincidir con todo lo que Ruben expresa, pero me resulta casi imposible no difundir esta nota de Rubén en "El Parteaguas". Agradezco el permiso que me ha otorgado para reproducirla.

Black Moon.

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